sábado, 18 de abril de 2009
Queridos E y Z:
Me alegro que Z haya pensado esta idea aferrado como yo a la esperanza racional que debe existir un acuerdo, un convenio, un entendimiento inteligente entre corporaciones, instituciones y personas que por supuesto yo no conozco.
Me atrevería a decir que deben existir docenas de teléfonos rojos entre ambos gobiernos y mucho más todavía.
Cualquier dirigente responsable de los EE UU sabe perfectamente que la seguridad y el progreso democrático del mundo occidental depende hoy de esa pequeña franja en el Mediterráneo entre Siria, Líbano, Egipto y Jordania y a la vez Israel tiene perfecta conciencia que depende de la interrelación con los EE UU.
En ese ir y venir, en ese corsi y ricorsi de la compleja política mundial, con éxitos y errores en las relaciones entre ambos países se ha establecido una trama que para mí hoy es inquebrantable.
EE UU desde el nacimiento del Estado de Israel, lo ha apoyado de manera plural, y esos recursos políticos y materiales: Económicos, financieros, tecnológicos, científicos, artísticos, educativos, han sido y siguen siendo fundamentales.
Mis conocimientos del interior de Israel son escasos y muy limitados, tengo una idea de afecto y simpatía "turística", y otra mas profunda de Israel como la de un Estado democrático en permanente debate y que ha creado notables actividades modélicas para si mismo y para el mundo. Como toda democracia tiene limitaciones y es afortunadamente perfectible. Israel es un poderoso faro de cultura y de educación para toda la región, incluyendo los países árabes donde está influyendo indirectamente, Israel esta habitada por seres humanos y tiene y contiene los defectos ,y cualidades de nuestra propia naturaleza, pero entre sus virtudes y atributos está justamente el mas poderoso, el de la cultura de la libertad.
Mi apoyo a Israel ha sido durante toda la vida un apoyo crítico. Pertenezco al mundo occidental y no puedo mentalmente actuar de otra manera. Pero cada vez -- y fueron muchísimas las veces -- que Israel fue atacado desde el exterior me puse el casco y calcé la lanza para ofrecerme como modesto soldado de primera línea en su defensa.
Con todo afecto, Isay