martes, 18 de noviembre de 2008

Partido Socialista Argentino (1954)

Abril 1954

Los que suscriben, afiliados al Partido Socialista Argentino, considerando que:

1. Disienten fundamentalmente con el criterio conforme al cual la dirección del Partido ha enfocado el problema de la convivencia democrática, eludiendo una amplia y leal experimentación de su posibilidad y confinándose en una resistencia puramente retórica, cuyas consecuencias más importantes son: el aislamiento respecto de las masas populares; la consolidación, de rechazo, de la política oficial; la marcha a la deriva de la política confucionista y demagógica del radicalismo.

2. Este criterio erróneo ha asumido su carácter más grave en la reciente resolución de abstenerse en los próximos comicios, pues con ello se rompe una línea tradicional y acertada del Partido, y se abdica de ejercer en el momento presente, de manera relativamente amplia y pública, el derecho de crítica, que tan insistentemente y con razón se reivindica como resguardo elemental de los fueros de la minoría.

3. Esta disensión que mantienen con la directiva del Partido no significa, en absoluto, abandonar la crítica de los principios, métodos y actos gubernamentales que consideran necesario se rectifique en forma decisiva para recuperar la plenitud del orden democrático, sino la firme voluntad de ejercer una oposición política dentro de la ley, como prueba indispensable de buena fe y como desafío al Gobierno para que realice enteramente los propósitos de conciliación y convivencia ofrecidos por él, respondiendo a una amnistía con otra amnistía, ley de olvido recíproco, necesaria como punto de partida para una renovación real de la vida política del país.

4. Discrepan, asimismo, de antiguo, con la ambigua y nefasta política internacional impuesta al Partido por sus líderes y que peregrinamente coincide con la profesada por los filo-comunistas de todo linaje, desde ciertos sectores radicales, incluso el dominante y sus aliados independientes, hasta los socialistas de la Revolución Nacional.

5. Estiman esta equivocación lamentable y de consecuencias incalculablemente negativas, pues importa asumir una posición más que vacilante en la lucha por el principio democrático en el orden mundial, en un tiempo verdaderamente crítico, en el que el Gobierno Argentino, apartándose precisamente de su propaganda y de su política frecuentemente indecisa y contradictoria, y muchas veces crasamente equivocada, comenzó a rectificarla por hechos intergiversables, , desde la firma del Pacto de Río de Janeiro, hasta los inicios actuales de una política de acuerdo con los EE.UU.

6. El clima creado en el Partido por el grupo dirigente, así como los métodos aplicados para resolver las diferencias de opinión, a partir de las discusiones en torno a la divergencia formulada por el Dr. Enrique Dickman, como también a los episodios que le siguieron (caso Cúneo y de los afiliados a las circunscripciones 14 y 20), resueltos aún de peor modo, configuran un espíritu, una estructura y unos hábitos de vida partidaria que se van asemejando cada vez más al régimen totalitario, harto conocido de los Partidos del Comminform, todo aquello con la pretensión de defender los fundamentos de la libertad y de la unidad de la Agrupación en el preciso momento de invalidarlos.

7. A su juicio, los actuales partidos de oposición, hayan o no ejercido el poder, comparten con el actual Gobierno la responsabilidad de la prolongación y ahondamiento de la presente y profunda crisis de la democracia nacional; que ni todas las culpas ni todas las virtudes pueden ser atribuidas a una sola de las facciones en lucha y que bajo este aspecto, el régimen oficial vigente no es más que la contrapartida del que le precediera.

8. Entienden que esa crisis únicamente podía ser superada mediante una renovación esencial de los partidos, pero que éstos, en el curso de los años posteriores a la primera manifestación aguda de aquélla, es decir desde 1930, se han mostrado incapaces de dar cima a tal empresa, y con un propósito sectario de desquite han estrechado su horizonte a la mera disputa por el poder, del que han sido desplazados a causa de sus propios errores, y han negligido la función opositora constructiva que les asignaban las nuevas circunstancias.

9. Dicha incapacidad se pone hoy de relieve de manera violenta a través de un proceso divisionista progresivo de tales partidos, lo que denuncia de modo evidente que la vieja guardia política ha hecho su tiempo.

10. A su entender ese proceso de disidencias y divisiones, bajo su apariencia nociva, si se atiende a su resultado inmediato, el debilitamiento por desintegración de las fuerzas democráticas, es, en verdad, el rodeo, sin duda largo y difícil pero absolutamente indispensable para vigorizarlas, y debe orientárselo hacia la formación de un gran partido, cuya tarea fundamental sea, en condiciones y términos actuales, la que en las horas críticas de Mayo y del 53, se propusieron las vanguardias de entonces: la creación de una nueva forma política y social de la democracia argentina, la constitución de la Tercera República.

11. Se impone desechar el argumento especioso, hecho a la sordina, según el cual se debería callar la verdad relativa a ese estado de la Oposición, a pretexto de que es inoportuna, pues constituye, él mismo, uno de los factores más importantes de la crisis, una mala conciencia, que opera en el sentido de perpetuarla en vez de tender a resolverla.

Por cuyas razones comunican al Comité Ejecutivo su voluntad de separarse del Partido.

Héctor Raurich – Horacio Rodríguez – Isay Klasse – José Luis Silva – Mario Raurich – Percy Lemos – Noemí Klasse – Saúl Chernicoff – Jorge Celis – Eliseo Barrios – Ana Schuster – Jaime Roisenzwag.

No quisieron firmar a último momento: Carlos Liacho, Edmundo Eichelbaum, Ernesto Bonasso, Abraham Smetana, Oscar Serrat.