martes, 27 de octubre de 2009

Los Justos

Por si les interesa,

Una estimada amiga, profe de literatura, que trabajó conmigo durante 16 años en la Feria del Libro de Bs. As., se llama B.T., me acaba de enviar el poema completo de Borges cuyo fragmento ha sido elegido para ser difundido en el pabellón argentino de la Feria de Frankfurt 2010.
No es de mis preferidos, pero no discutiré por esta elección con el comité designado, porque es un asunto de gustos y seguramente a ellos no les agradaría el que yo seleccionara.
Lo cierto es que desde haber escogido inicialmente los cuatro íconos cuando debatí con Magdalena Faillace, a difundir "Los Justos" hay casi la distancia de la mitad del universo,
IK


----- Original Message -----



Querido Isay:

En 2010 Argentina será invitada de honor en la Feria del Libro de Frankfurt.

Cada país invitado presenta una placa con algunas líneas escogidas de su literatura.

Argentina presentó una sextina del “Martín Fierro” y un fragmento del poema “Los Justos”, de Borges.

De puro curiosa busqué el poema y lo comparto.

B.T.


Pertenece al libro de poemas La cifra, de 1981.

El poema completo es este:


Los justos



Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.

El que agradece que en la tierra haya música.

Es que descubre con placer una etimología.

Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.

El ceramista que premedita un color y una forma.

El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.

Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.

El que acaricia a un animal dormido.

El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.

El que agradece que en la tierra haya Stevenson.

El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.



Jorge Luis Borges

Poema del libro La cifra, mayo 1981


Prólogo de ese libro:

Inscripción

De la serie de hechos inexplicables que son el universo o el tiempo, la dedicatoria de un libro no es, por cierto, el menos arcano. Se la define como un don, un regalo. Salvo en el caso de la indiferente moneda que la caridad cristiana deja caer en la palma del pobre, todo regalo verdadero es recíproco. El que da no se priva de lo que da. Dar y recibir son lo mismo.

Como todos los actos del universo, la dedicatoria de un libro es un acto mágico. También cabría definirla como el modo más grato y más sensible de pronunciar un nombre. Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio.



J.L.B.

Buenos Aires, 17 de mayo de 1981